Tomó y corrió
Me acordé que me había comprometido a comentarles sobre mi salida el sábado pasado. Bueno. Al final el sábado pasado no salí. Pero bueno, para cumplir con el compromiso de alguna manera, vale contarles una salida de un sábado anterior. Esto sucedió hace unas semanas. Un mes exactamente. Llego a plaza Serrano (se acuerdan, la plaza de los bares, con el bar donde atacan ratas a los clientes) y entro con mi acompañante a un bar –Metalera-. Tomamos unas cervezas Stella Maris y pasa el tiempo. En un momento entrada la noche ya, ella va al baño y yo pido la cuenta. Viene la mosera y me dice “tanta plata”. Yo saco la plata y antes de dársela le digo “traéme la boleta ¿si?”. Me mira con cara de nada y se va. A esto vuelve Metalera y vuelve la mosera. Me pide la plata otra vez, a lo que yo con los morlacos en la mano le digo “traéme la boleta ¿si?”. Otra vez cara de nada. Pasan los minutos y la boleta brillaba por su ausencia. En eso sale Metalera a fumar un cigarrillo. Otra vez la
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