Yo, consumidor

Otra vez lo mismo, pero me sacan los prestadores de servicios en Argentina. Posta, me vuelven loco. O yo soy la bestia que pretende irracionalmente un servicio correcto, o estas empresas se cagan en los servicios con el objetivo de bajar costos.

Quizás un poco de ambas.

CASO 1

En mi casa, TELEFÓNICA es empresa que me provee de servicios telefónicos. Desde diciembre del año pasado en mi casa suena el teléfono a las 9.45 AM, religiosamente, durante 10 minutos. Al atender, del otro lado de la línea no se escucha nada. Y si se cuelga, vuelve a sonar. La llamada viene de un teléfono particular de la provincia de Buenos Aires. Pero desde ese número no llaman. Evidentemente las líneas están cruzadas, y tras quichicientos reclamos –telefónicos y personales- en Telefónica el problema sigue siendo un problema. Les voy a hacer un agujero gigantesco.

CASO 2

La semana pasada estaba con mi primo y mi hermanita buscando un regalo para una niña de 13 años por su cumpleaños. La que elegía era mi hermana, por lo que estuvimos caminando por un par de horas sin llegar a algo definitivo –mujeres, pss-. Cansado la obligo a entrar a un C&A, agarro lo mas feo y barato que veo y le digo “le compras esto”. El humor era bueno, es decir, nos cagabamos de risa los tres de todo, así que a la hora de terminar la cola para pagar la remerita fea estábamos los tres cantando –en frente de la cajera- “es un bombón asesino, es un bombón suculento” en alusión a un pin extremadamente grande y ridículo que tenia la cajera. La chica esta nos interrumpe y dice “tienen la posibilidad de ganar el sorteo por un premio de dos entradas gratis al cine”. La respuesta nuestra fue entonar a trío “vamos a ganar, vamos a ganar”. La chica otra vez interrumpe para decir esta vez “ganaron”. xD. Resumiendo, la trampa es que para ser acreedor del premio te obligaban a solicitar la tarjeta de crédito de la empresa. Desconfiado yo, cuando me enteré de esto de boca del pibe que quería llenarme la solicitud, lo llené de preguntas específicas. Obviamente el pibe no tenía ni idea de las cláusulas reales del contrato, solo se sabía el speech de venta. Le hinche tanto las bolas que me terminó consiguiendo una copia del contrato –INCREIBLEMENTE, en un principio nadie en la oficina tenía una copia- y cuando pude leerlo lo aleccioné para que vea que la empresa me mentía con la supuesta promoción. Al final me quede sin entradas gratis. Y eran para el Village.

CASO 3

El lunes compré un celular para mi hermana, con línea de PERSONAL –supuestamente la mejor empresa de celulares-. El telefonito salía del local donde lo compré –GARBARINO- con la línea habilitada. Pero, oh sorpresa, la línea recién se pudo hacer una llamada hoy a las 9 de la noche. Resulta que llamando a Personal me informan que la gente de Garbarino no habilitó la línea a mi nombre, y que esta además figuraba como dada de baja –probablemente el usuario anterior-. Entonces llamo al local donde compré el aparatejo, donde me dicen con un tono violento “pero ese es un tema tuyo y de Personal, nosotros no somos responsables”, ¡estos tipos se enojaron con migo por reclamarles el servicio apestoso que me dieron! Un par de llamadas mas, hablando con supervisores de ambas compañías, unos pesos menos que me hicieron gastar, y problema solucionado.

Conclusión

En fin, ayer me pregunta mi vieja “¿Por qué cada vez que uno compra un aparato, detrás vienen un montón de problemas?”.

¿Alguien responde?

Comentarios

Te lei, hasta lo del celular.

Boludo, tenes toda la piedra!.
Cazador dijo…
mierda, hoy me llego la boleta por el arreglo de mi celular. Detesto a todo el universo.
jajajajajajajajajajaja,
siempre es gratificante
encontrarse gente que tenga
casi o mas piedra que uno.
Cazador dijo…
hoy pague... la pmqlp... tuve que pagarrrrr.... en fin.

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