Cosa curiosa, la oficinita del año electoral

Cosa curiosa el empleado público, cosa curiosa los gobiernos burocráticos. Nada original lo que voy a decir, pero bueno, hoy me llamó la atención. Por temas de laburo hoy tuve que ir a Quilmes. El trámite me llevó hacia una oficina pública nueva, recién estrenada, con sus correspondientes carteles que rezaban algo así como “Quilmes avanza” o algo por el estilo. Claro, año electoral…

Lo curioso es que al entrar note que había en la oficina nueve personas. Y solamente dos estaban trabajando. O mejor dicho, miraban papeles y el monitor de la Pc alternativamente. Beneficio de la duda mediante, estaban trabajando. Las siete personas restantes tenían una cara de embole increíble. Tanto así que a la que le tocó atenderme saltó apurada, como diciendo “al fin algo que hacer”, y con una sonrisa en el rostro. De mas está decir que me atendió muy bien –lo que a decir verdad me desconcertó un poco-. Mientras tanto el resto de los empleados públicos, embolados, se buscaban con los ojos entre sí para encontrarse en alguna conversación, pero el silencio entre ellos era sepulcral, solo interrumpido por alguna frase de compromiso. Terminando mi gestión, y cuando me tenían que dar unos comprobantes, se levantaron un flaco y una señora para hacerlo, ¡tarea para la cual alcanzaba y sobraba con la que ya me estaba atendiendo! Je, mientras uno iba a buscar el comprobante a la impresora –que la que me atendía envió, estando a no mas de dos metros de la mencionada impresora-, la otra señora fue corriendo a sacarme fotocopias –nunca, pero nunca en mi vida vi que en una dependencia publica hagan el favor de sacar fotocopias-.

En síntesis, salí contento de la oficinita esa… la oficinita del año electoral.

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