Un pancho y una coca

Soy el remedio sin receta. Debería aceptarlo.
Soy el remedio que nadie quiere. Deberían aceptarlo.
Después de todo, se ha dicho por ahí que debes en cuando, puedo llegar a hacer sentir bien. Debes en cuando, puedo llegar a provocar una sonrisa.
No pido ni pretendo mucho mas, después de todo no tengo receta y bordeo la ilegalidad.
Y creces, creces, creces, y compartir un pancho y una coca no es suficiente.
Y te vas, te vas, te vas, y colgado quedo con las botellas vacías.
Todo bien, acá me quedo y espero.

Que loco como la vida te regala cosas cuando menos lo esperas, como quien dice. Entretenido leyendo Frankenstein, espero.
Más contento de lo usual. Raro ¿no?

Quizás algún día necesites otra vez un pancho y una coca.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Tomó y corrió

Metallica - The Day That Never Comes

Creatividad Fugaz