El Negro Blanco


Editorial Ivrea está publicando “El Negro Blanco”. Para los que no lo recuerdan, El Negro Blanco fue una tira diaria argentina de Carlos Trillo y Ernesto García Seijas que se publicó en la contratapa del diario Clarín desde 1987 hasta 1993, y ahora ve nuevamente la luz en una serie de 10 tomos adaptados al formato historieta por sus creadores. Trata sobre la vida de Roberto Blanco –El Negro para los amigos- de profesión periodista, porteño y porque no, un poco chanta; y el singular grupo de personajes que lo rodea: Su papá, un pendeviejo; Marcucci, la máquina sexual; Flopi la novia que lo tiene “caminando por las paredes”. El trabajo –periodismo-, los amigos, las salidas, las situaciones plasmadas en el papel, son solamente el medio para describir las vueltas que tiene el amor –amor, aventuras, encuentros- en un porteño tipo –al menos uno solo-, siendo la Ciudad de Buenos Aires el escenario vivo de las aventuras.

Los que en aquella época comenzamos a leer historietas, nos encontramos con la contratapa del Clarín y las aventuras del Negro, esa contradicción que camina, –que podía ser un amigo más o incluso quien uno quería o creía ser-, y nos perdimos de vivir al genial “Loco Chávez” –porque tanto al Loco como al Negro como al Nene Montanaro se los vivió, no se los leyó en la contratapa del Clarín- , tener en nuestras manos la historieta del Negro es casi una experiencia religiosa.

Si quisiéramos encontrar alguna relación entre estas tres publicaciones que ocuparon la contratapa del Clarín sucesivamente –El Loco Chávez, El Negro Blanco y el Nene Montanaro- la idea inicial serían las aventuras y desventuras del amor, pero las tres historias van un poco mas allá y se meten en la piel del lector porque sacan una radiografía de cómo son los porteños en esa época, como es la vida en Argentina en esa época, siendo esto lo que hizo que los protagonistas sean uno mas, porque vivían lo que uno vivía.

El Negro Blanco gozó y goza de una característica fundamental que en mi entender tienen que tener las historias que a uno le permiten vivirla en vez de leerla: conseguir verte en esa situación, reconocer lugares –mentales o físicos-, “hacerte la película” de que eso ES así. Historia costumbrista, urbana, un sainete porteño (en las palabras del mismo Trillo)… la historia que nos toca vivir a todos.

Caza

Pd: En fin, también prepare una nota sobre un anime del año del dope, que el fin de semana si tengo tiempo la subo. Tiene que ver con un auto amarillo que come amapolas… jeje.

Comentarios

Anónimo dijo…
eez una ezperienzia religioza .. zentir que rezuzito zi me tocaz , zentir el firmamento prendido de tu cuerpo , ez una ezperienzia religioza

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a mí también me gustan las historietas de corte verosímil , más si están bien hechas

no sé , si mi viejo se copa y la compra la leeré

sinó , lo dudo
Cazador dijo…
a mi me parece q vale la pena q inviertas unos pesitos, sobretodo si la leias de pendejo como es mi caso. Sino lo tuyo es por ahi el nene montanaro

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